Los riesgos estratégicos y las malas decisiones 

Riesgos estratégicos

Todas las empresas se enfrentan a riesgos que pueden afectar sus resultados. Aunque algunos son imposibles de mitigar por completo, la gestión estratégica del riesgo puede ayudar a las empresas a minimizar su exposición y garantizar que están preparadas para responder eficazmente si se produce cualquier tipo de incidente. Entre los tipos de riesgos empresariales más comunes, se encuentran los riesgos estratégicos.

Este tipo de peligros, surgen a partir de las decisiones empresariales fallidas y de la incapacidad de afrontar cambios en el sector en el que se desarrolla la empresa, logrando afectar la consecución de los objetivos estratégicos y la estrategia empresarial. 

Los riesgos estratégicos y las malas decisiones se pueden definir de dos formas:

Riesgos estratégicos y malas decisiones internas

Son los que se originan dentro de la organización y pueden tener un impacto negativo en su capacidad para desarrollarse adecuadamente. 

Las razones más comunes por las que se presentan estos problemas son:

  1. Falta de dirección clara. Sin una visión y una estrategia claras, las empresas pueden desenfocarse rápidamente y empezar a perder de vista sus objetivos. Esto puede llevar a que los empleados se desenganchen y los clientes se frustren.
  2. Falta de recursos. Para alcanzar sus objetivos, las empresas deben contar con los recursos adecuados. Si no los tienen, les resultará difícil satisfacer la demanda o aprovechar las oportunidades. Esto puede provocar el incumplimiento de los objetivos y problemas financieros. 
  3. Mala comunicación y falta de alineación entre departamentos. Si la información no fluye libremente entre los distintos niveles de la organización y los departamentos trabajan con objetivos contradictorios, se generarán malentendidos, ineficacias y conflictos internos.
  4. Mala toma de decisión. Una pésima decisión puede tener consecuencias desastrosas, como pérdidas financieras, problemas legales o incluso el colapso de una empresa. El exceso de confianza, el estrés y la presión, son algunas de las trampas más comunes a la hora de tomar malas decisiones.

Independientemente de su causa, las malas decisiones y los riesgos estratégicos internos pueden tener graves consecuencias para una organización, como pérdidas financieras, daños a la reputación, responsabilidades legales e incluso el cierre definitivo de la empresa.

Riesgos externos

Las empresas se enfrentan a numerosos riesgos estratégicos externos que pueden afectar a las operaciones, la rentabilidad y el crecimiento. Algunos de estos riesgos son:

  1. Riesgo tecnológico. La tecnología siempre está cambiando y las empresas deben adaptarse constantemente para mantenerse a la vanguardia. Si no lo hacen, corren el riesgo de quedarse atrás frente a sus competidores.
  2. Riesgo económico. Las empresas también son vulnerables a las tendencias económicas más amplias. Por ejemplo, una recesión puede provocar un descenso de la demanda de sus productos o servicios.
  3. Riesgo competitivo. Dado que su competencia también trata de aprovechar las oportunidades y gestionar los riesgos estratégicos, debe estar atento a sus actividades. De lo contrario, podría encontrarse en desventaja.
  4. Riesgo normativo. Los cambios en las normativas gubernamentales también pueden crear riesgos estratégicos para las empresas. Por ejemplo, una nueva normativa medioambiental podría imponer costes adicionales a su empresa.
  5. Riesgo geopolítico. La inestabilidad política en otras partes del mundo también puede crear riesgos estratégicos para las empresas con operaciones o cadenas de suministro internacionales. Por ejemplo, un estallido de violencia en un país proveedor clave podría perturbar su negocio.
  6. Riesgo reputacional. Este riesgo interno y externo puede provenir de muchas fuentes, como fallas en el funcionamiento interno y cambios normativos.  Es esencial que las organizaciones mitiguen a toda costa la pérdida de reputación, pues puede ser un problema significativo, con consecuencias de gran alcance. 

Aunque no es posible eliminar todos los riesgos estratégicos externos, las empresas pueden tomar medidas para mitigar su impacto. Esto puede implicar la diversificación del negocio para reducir la dependencia a un mercado o a una actividad en particular y la cobertura contra las condiciones económicas externas. Tomando estas medidas, las empresas pueden protegerse de los efectos potencialmente perjudiciales de este tipo de riesgos estratégicos.

Entendiendo esto, es importante que las empresas sepan gestionar los riesgos y las decisiones para garantizar el éxito y su continuidad. Si conoce los tipos de riesgos estratégicos a los que se enfrentan las organizaciones, podrá desarrollar estrategias para controlarlos de forma eficaz. Al hacerlo, ayudará a garantizar que su empresa siga siendo fuerte y exitosa frente al cambio y las decisiones fallidas.

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