¿Cómo gestionar tu empresa y tus estrategias en un océano rojo?
Como sabemos, una estrategia empresarial es el plan escogido por una empresa para llegar a un norte claro y específico. Este plan suele definir aspectos como el panorama competitivo, en donde la empresa determinará la posición a tomar frente a su competencia. En otras palabras, la compañía analizará si es mejor innovar en mercados sin rivalidad, o si es preferible tener una lucha directa con los competidores. A esta lucha de empresas, se le conoce como el Océano Rojo.
El término Océano Rojo se acopló por primera vez en el libro «Blue Ocean Strategy» de W. Chan Kim y Renee Mauborgne. El libro expone que las empresas deben centrarse en la creación de nuevos mercados (océano azul), en vez de quedarse en un océano lleno de tiburones que luchan por la misma presa (de ahí la analogía con un «océano rojo» lleno de competencia).
Este libro explica qué a diferencia del océano azul que pretende explorar nuevas oportunidades libres de competencia, el océano rojo es un término que se refiere al entorno competitivo, en el que las empresas buscan disputar en un mercado existente, con unos competidores establecidos. Aquí, en lugar de ver la competencia como algo que hay que evitar, se ve como una oportunidad de sobresalir para triunfar y adquirir una posición importante sobre la misma, muchas veces sin importar el cómo.
Si bien en el mundo organizacional lo ideal es enfocar tu empresa y tus estrategias en un Océano azul, existen organizaciones que por alguna razón deciden ´´prosperar´´ en el Océano rojo, por lo que es clave tener en cuenta que para gestionar una estrategia empresarial en este mundo competitivo implica querer:
- Posicionarse sobre la competencia.
- Competir en mercados existentes.
- Diferenciarse con el costo/valor.
- Elegir entre costo o diferenciación.
- Centrarse en los clientes actuales y fidelizarlos.
Es claro que el océano rojo está estigmatizado como un entorno empresarial poco recomendado, en parte porque muchas empresas optan por escoger el camino de copiar con exactitud a sus competidores y destruirlos sin importar el cómo. Sin embargo, de saber enfocar una estrategia en este océano hacia mercados en crecimiento o la diferenciación, puede obtener beneficios como:
1. Aumento de la cuota de mercado
Cuando las empresas se diferencian de sus competidores, son capaces de captar una mayor cuota de mercado. Esto puede suponer un aumento de los beneficios y del reconocimiento de la marca.
2. Mayor fidelidad de los clientes
Es más probable que los clientes sean fieles a las empresas que les ofrecen productos y servicios únicos.
3. Más innovación
Para diferenciarse de la competencia, las empresas deben innovar constantemente y desarrollar productos y servicios con valores diferenciales. Esto puede dar lugar a un mejor posicionamiento en el sector.
4. Mayor eficiencia
Las empresas que siguen una estrategia de océano rojo suelen verse obligadas a ser más eficientes para poder competir en precio. Esto supone un ahorro de costos para la empresa y sus clientes.
5. Mayor valor para los accionistas
Seguir una estrategia de océanos rojos puede conducir a un aumento del valor para los accionistas, ya que las empresas captan una mayor cuota de mercado y se vuelven más eficientes.
Ahora bien, aunque puede ser una forma eficaz de hacer posicionar una empresa siempre y cuando se gestione a la perfección en este mundo competitivo, también hay que tener en cuenta que esa lucha por el posicionamiento muchas veces puede ser ‘sangrienta’ , lo que conlleva a generar problemas como:
- Conducir a una mayor competencia. Cuando las empresas compiten por la cuota de mercado, a menudo entran en guerras de precios u otros tipos de competencia despiadada. Esto puede llevar a una reducción de los beneficios y a una disminución de la fidelidad de los clientes.
- Da lugar a productos de imitación. Si una compañía tiene éxito con un nuevo producto o servicio, otras tratarán rápidamente de imitarlo. Esto puede dar lugar a un mercado saturado de productos similares, lo que dificulta que los consumidores puedan elegir con conocimiento de causa.
- Puede crear un entorno de cambio constante. Como las empresas introducen continuamente nuevos productos y servicios, los consumidores pueden sentirse confundidos o abrumados. Ocasionando la frustración y, en última instancia, la reducción de ventas.
- Llega a ser costosa. El desarrollo de nuevos productos o servicios como factor diferencial, requiere una importante inversión de tiempo y dinero. Y si esos productos o servicios no tienen éxito en el mercado, toda esa inversión puede perderse.
El desarrollo de nuevos productos o servicios como factor diferencial, requiere una importante inversión de tiempo y dinero. Y si esos productos o servicios no tienen éxito en el mercado, toda esa inversión puede perderse.
Hay que tener en cuenta que el éxito o el declive de cualquier estrategia, depende de lo bien elaborada y enfocada que esté. El hacerlo proporciona una hoja de ruta clara para alcanzar metas y objetivos específicos, ayuda a los empresarios a identificar oportunidades y a tomar decisiones sobre cómo asignar mejor los recursos. Por lo que, saber gestionar tu empresa y tus estrategias en el poco recomendado océano rojo, puede llegar a ser una forma eficaz en el que las empresas crezcan y tengan éxito.
Recuerda considerar cuidadosamente los riesgos y las recompensas potenciales antes de decidir si seguir o no en este océano competitivo.