Estrategia del Océano azul, un paso a la innovación

Estrategia del oceano azul

Cuando una empresa expande su negocio a nuevos mercados, puede abrir un mundo de nuevas oportunidades. No sólo tiene la posibilidad de acceder a nuevas bases de clientes, sino que también puede aprender de nuevos competidores y explorar nuevos modelos de negocio. En la economía global actual, las empresas que son capaces de aprovechar las nuevas oportunidades del mercado suelen salir adelante.

Por supuesto, la expansión a nuevos mercados no está exenta de riesgos. Siempre existe la posibilidad de que una nueva empresa no despegue según lo previsto. Sin embargo, las empresas que están dispuestas a asumir riesgos suelen cosechar los frutos a largo plazo. Para muchas organizaciones, los beneficios potenciales de la expansión a nuevos mercados superan con creces los riesgos.

Todo proceso de innovación y desarrollo empresarial, conlleva a que las compañías analicen y planteen estrategias adecuadas para el cumplimiento de sus deseos. Este tipo de deseos por explorar nuevos mercados, generalmente se estructura bajo una estrategia empresarial llamada Océano Azul.

¿Qué es la estrategia del Océano Azul?

La estrategia del océano azul es una teoría empresarial que desafía a las empresas a alejarse de la competencia y centrarse en la creación de nuevos mercados. La estrategia se propuso por primera vez en un libro de 2004 del mismo nombre, y desde entonces ha sido adoptada por empresas de todo el mundo.

La idea clave de la estrategia es que las compañías deben esforzarse por crear nuevos mercados en lugar de competir en los existentes (Océanos rojos) . Esto puede hacerse ofreciendo nuevos productos o servicios que respondan a necesidades no satisfechas, o creando nuevas propuestas de valor que atraigan a segmentos de clientes sin explotar. Aunque la estrategia de los océanos azules puede parecer contradictoria al principio, ha demostrado ser una forma eficaz de que las empresas logren un crecimiento sostenible.

Esta estrategia en particular, está constituida bajo cuatro principios:

1. Establecer nuevos espacios de consumo

Es fundamental entender que esta estrategia no busca competir, por lo que, en el proceso de búsqueda y creación de nuevos mercados, la clave está en ser innovadores, en romper límites.

2. Idea global, no números

Por lo general, la gran mayoría de estrategias empresariales están enfocadas al saber competir en los sectores y mercados actuales, lo que se conoce como océanos rojos. Sin embargo, la estrategia del océano azul busca todo lo contrario. Mientras que las estrategias se estructuran a partir de beneficios económicos o números, el océano azul plantea que en su proceso de creación la idea global debe primar por encima de los números, es decir, que se debe dejar de pensar en cosas como reducción de costos, índice de ganancias, entre otros factores financieros, y pensar más en que la idea sea innovadora y nítida, para así lograr alejarse de la competencia.

3. Enfocarse más allá de la demanda existente

La teoría de la estrategia del océano azul propone que las empresas deberían hacer a un lado la idea de segmentar mercados y satisfacer las necesidades de los clientes. Pero, ¿Por qué? Esta estrategia considera que las organizaciones deben orientarse a conocer las necesidades de los que aún no son clientes para así atraerlos, pues casi ninguna empresa se encamina en identificar las características del cliente potencial de manera adecuada y terminan perdiendo una gran oportunidad de crecimiento.

4. Garantizar la viabilidad comercial del Océano azul

Al igual que toda estrategia, el océano azul debe ser factible para las empresas. Como mencionamos este es un modelo que busca innovar por lo que, de no estructurarse de manera adecuada, puede traer grandes riesgos.

Es recomendable revisar después de tener la idea global, aspectos como la calidad del producto o servicio, el costo, la rentabilidad y las dificultades que conlleva llevar a cabo la nueva propuesta de valor. Recuerda que el objetivo es crear una nueva demanda en un espacio de mercado no disputado, en lugar de intentar competir en un mercado existente. Para ello, las empresas deben centrarse en la diferenciación y la innovación de valor.

La diferenciación consiste en crear una oferta única que no pueda ser reproducida fácilmente por los competidores. La innovación de valor consiste en crear más valor para los clientes que el que obtienen actualmente de los competidores. Cuando estas dos cosas se combinan, se crea un océano azul en el que es difícil que entren los competidores.

Entendiendo estos principios, la estrategia del océano azul tiene muchas ventajas. Una de ellas es que permite a las empresas evitar la competencia despiadada de los océanos rojos. Otra ventaja es que ayuda a las organizaciones a centrarse en la creación de valor para los clientes, en lugar de limitarse a intentar vencer a la competencia.

Por último, esta estrategia puede ayudar a las compañías a crear nuevos mercados y aprovechar segmentos de clientes sin explotar, por lo que se vuelve un método interesante a la hora de innovar, expandir y crecer como empresa.

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